lunes, 19 de noviembre de 2012

ECOLOGIA

Desde sus orígenes se ha implantado una verdadera cultura del árbol. La generación de ilustres cucuteños y la legión de extranjeros encabezada por el ingeniero Francisco de Paula Andrade Troconis, quienes reconstruyeron la ciudad después del terremoto de 1875, nos la entregaron muy bien trazada con amplias avenidas facilitando la arboleda en las calles, siendo la primera especie plantada unos árboles llamados clemones que tenían unas frutas ácidas y amargas. Luego fueron reemplazados por acacias, peracos y almendros, que adornaron los parques y vías cucuteñas. En el transcurso histórico de la arborización de la ciudad, se han marcado diferentes etapas en cuanto a las especies que se han utilizado en la ornamentación.

Primero sus calles y avenidas se plantaron con acacias, matarraones y almendros, después con chinimangos, urapos y palmas reales, hasta que en 1935 ingresó el oití procedente del Brasil que se popularizó tanto hasta convertirse en el árbol predilecto de los cucuteños por su gran valor ornamental y de sombrío, también por su utilidad maderable que se aplica en carpintería, construcciones civiles y férreas.

En Cúcuta se predica y aplica el amor por el árbol, y cucuteño que se respete tiene uno plantado al frente de su casa y el otro en el solar de la misma; práctica que ha situado la ciudad a la vanguardia nacional al otorgársele el galardón "Roble de Oro", por parte del antiguo Inderena. Por eso Cúcuta es la ciudad bosque de Colombia . Una muestra del amor por los árboles es la Avenida de los Faroles, que basado en oití, ficus y cují, forman un verdadero túnel natural que es objeto de admiración en el país y el extranjero.

En algunos sitios para conocer como el Parque Santander, Parque Gran Colombiano, lugares del gobierno como el Banco de la República y la Gobernación de Norte de Santander es muy común la utilización de palmeras. La Isora, una hermosa flor de color rojo es la flor oficial de Cúcuta





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